Un repaso de película.

31/12/2010

Acá está: el compilado de todas las películas que vi durante el 2010

170 películas en total, un promedio de 0,47 películas por día (no tengo idea de lo que esto significa).

Solo 9 de ellas eran películas repetidas (vistas antes del 2010): Orgullo y Prejuicio, El Gran Pez, Kill Bill 1, Herry Potter 3, 24 hs. Party People, Baseketball, Baraka, Superbad y Los Coristas.

Y me arrepiento terriblemente de 16 de ellas: Everybody's fine, The Loosers, In the Loop, Kick Ass, Smart People, Brideshead Revisited, Aparecidos, El Aprendiz de Brujo, Agora, Night Train, The Ministers, Amusement, Splice, West Side Story y Death Sentence.

Pero también hubo buenas películas nuevas: Up, Thanks for smoking, Control, Away we go, 800 balas, Waltz with Bashir, Paradise Now, Whip it, The Boat that Rocked, La trilogía Bourne, Buffalo 66 (Vinceeentt!!), Dragme to hell, Películas de Kevin Smith (salvo Dogma...), La Escafandra y la Mariposa, Guardianes del día y la noche, Shaun of the dead, Zombieland, Scott Pilgrim vs. The World, Little Shop of horrors, The fall y Toy Story 3.

Espero superar las 170 en el 2011...

Semana 9 - Balance

27/12/2010
Lunes acalorado y agitado. ¡Qué noche la de aquél día!
Después de unas hermosas navidades (no estuvieron buenas, pero esperaba que fuera peor... por ejemplo, con más llanto incontenido por parte de los comensales), llega el último lunes del año, la última semana laboral del 2010, el último rejunte de comida que hará mi madre para la cena... llegan todos esos "él último..." que, sin saber por qué, a una se le vienen a la cabeza. Aunque sean las más grandes pelotudeces.

Es la magia del año nuevo, la ilusión, vacía, de pensar que "se acabó lo que se daba", que con el nuevo año y sus 365 días a estrenar, vamos a cambiar y cumplir con todas aquellas cosas que siempre decimos, mas nunca hacemos. ¡MENTIRA! El año nuevo solo nos trae calor y confusión los primeros días, hasta que nos acostumbramos a poner en la fecha 2011 u 11, en vez de 2010 ó 10. Es lo único. El año, en sí, no te va a hacer cambiar absolutamente nada, si uno no se moviliza, las cosas se van a mantener más o menos iguales. Sí, como poder, podemos decir que serán 365 nuevos días, días que no han pasado, una cuenta que da perspectiva de futuro y no de pasado, para empezar a activar. Pero así como empezamos con 365, bajamos a 320, 290, 150, y 31 de diciembre otra vez.

Yo empecé con el trazado de metas y objetivos a cumplir hace ya unos años, y, la primera, segunda y tercera vez, el resultado fue desfavorable... desfavorable a niveles de no haber cumplido absolutamente ninguna de las "metas personales", y en muchos casos, haber hecho precisamente lo contrario. Poco a poco, aprendí que, en vez de una lista de cosas "que debo hacer", tenía que confeccionar una lista de cosas "que podría hacer, si me pinta y sin ninguna obligación". En vez de "no más platonicismos", ponemos "reducir el número de", en vez de "terminar de tejer el chaleco y las polainas", con conformamos con un "volver a tejer".

Es por eso que, mediante este blog, voy a hacer mi balance anual 2010 (porque, convengamos, que si no aprendí italiano hasta ahora, no lo voy a aprender en los próximos 4 días). Cada meta que haya cumplido será un punto a favor, y cada una que no haya logrado un punto en contra.
  1. Guitarra --> +1
  2. Italiano --> -1
  3. No morderme (me muerdo la parte interna de la boca... sí, un asco) --> -1
  4. Dibujo --> Que conste que averigué en el Rojas e hice unos bocetos siguiendo las instrucciones de un ebook. Ok, sí, ya entendí: -1
  5. Curso de edición --> -1, pero por mi cuenta, algunas ediciones hice.
  6. Curso de bartender --> -1... tal vez este verano...
  7. Terminar el chaleco y las polainas de Jo --> -2 (el chaleco lo terminó mi madre).
  8. Actividad física --> +1 (me ha salvado el roller derby)
Total: -5


Era un resultado esperable, decí que soy conformista y que con haber cumplido dos de los ocho (nueve, si vamos al detalle del que punto del tejido, se refiere a dos prendas), me alegro.


Para el 2011 me voy a proponer:
  1. Sacar un tema en la guitarra SIN AYUDA DEL PROFESOR (lo que no significa que no recurra a otros medios)
  2. Continuar con mi actividad física (y lograr: mantenerme más en los patines, y ser la jammer líder una vez).
  3. No morderme (es por mi salud! pero parece que no lo entiendo)
  4. Elegir un dibujo para tatuarme... y hacérmelo.
Reducción considerable... sólo le tengo fe a las dos primeras.



En cuanto a otro tipo de balance... el 2010 fue un año muy jodido. Fue un año de mierda, bah. Sí, conocí gente buena onda con la que me llevo muy bien (las bully), que fue uno de los cambios más grandes. Pero, por otro lado, viví lo de mi abuelo. No solo la muerte, que fue el final, sino todo el proceso. Por mi actitud antes, durante y un poco después de Navidad, me doy cuenta que aún no pude lidiar con todo eso, me entraban esos ataques de romper algo, de, si hubiera sido posible, subirme a una montaña y gritar, o simplemente, correr. Lo que sentía era que, como no podía sacarme "eso" de adentro, la angustia, el dolor, o lo que sea que tuviera, tenía que cansarme, gastar mis energías, y hacer de cuenta que cada gota de sudor representaba parte de ese "eso" que se iba yendo de mi sistema. Limpiarme por dentro. Tenía ganas de ponerme a correr como Forrest Gump, sin rumbo, alejándome de casa. Claramente, no lo hice, así que mis niveles de fastidio, de irritabilidad estaban alcanzando su punto más alto. No le deseé "Feliz Navidad" a nadie en mi familia durante el brindis, no quería pronunciar palabra (no sé si me hubieran salido) y, realmente, ¿"feliz"? ¿"felicidades"? Qué mensaje tan vacío y de disco rayado para ese momento... por lo menos, es lo que me pareció. Con ironía, recordé las Navidades del 2009, que tampoco fueron alegres (como solían ser), en las que también mandé a cagar a Dickens (y fue la ruptura de mi tradición navideña), todo porque mi abuelo se había peleado con mis viejos. En el 2009 mi madre estaba triste porque su padre no le hablaba, y en el 2010 estaba mal porque su padre ya no estaba. La vida y su jodido sentido del humor.


En resumidas cuentas, no voy a extrañar al 2010... es más, el 2010 podría no haber existido y no me hubiera importado. Chau, andate, pronto. Quisiera cerrar los ojos y que ya fuera dos de enero del 2011.


43 semanas restantes.

Jaded - Aerosmith

La música de miércoles llega un viernes, no porque me haya olvidado, ni porque es un regalo navideño. No.
Es que el miércoles llegué tarde y cansada a casa, tanto que me dormí frente a la pc (nada cómodo, aclaro)
Y el jueves se cortó el servicio de internet. So, here we are.

Y, por cierto, la navidad APESTA.

Semana 8 - Revisión

Se cumplen los dos meses desde que empecé el desafío blogger. Tengo plena seguridad que ni siquiera yo leo los posteos una vez que están cargados (gracias si los reviso antes de darle a "publicar entrada"). La intención era ejercitarme en la escritura, y motivarme para seguir(empezar) escribiendo.

Es por eso, que tras dos meses, me gustaría anunciar que:
-la historia del gobierno de facto y los militantes se encuentra encaminada.
-sin terminar, pero con el diagrama de eventos armado, tengo un fanfic.
-"souless" ya tiene sus primeras páginas.

Me gustaría, mas es imposible porque, tras dos meses, no tengo ni una hoja nueva de escritos. "Si tuviera una máquina de escribir..." tengo el tupé de pensar, sabiendo de ante mano que, aunque lo tuviese, aunque tuviese un grabador o alguien que escribiera para mi, la situación no sería mucho mejor.

No sé si serán mis días irritables, la falta de ideas, de ganas y de tiempo como para sentarse a pensar algo... o simplemente, soy yo, con lo mismo que digo y que no logro cumplir.

Semana 7 - Keep it simple

Estoy cansada de que lo que debería ser sencillo se vuelva sumamente complicado, agobiante por malos entendidos, por choques entre las personas.
¿Es tan difícil que la gente se entienda? ¿Es tan loco pensar en dejar las diferencias que se pueden llegar a tener a un lado y aunar fuerzas en pos de un objetivo común?

Resulta francamente desmotivante un paranoma así.


Pasando a otro tema... tengo cero ganas de celebrar las fiestas este año. Y cuando digo "cero" es decir mucho. Digamos que los eventos recientes no me predisponen para las festividades. ¿Qué haría yo, si estuviera en mi poder tomar la decisión? Yo cenaría, como cualquier día de cualquier semana, con las persianas bajas, para no ver nada del exterior y después, me sentaría frente a la pc a mirar una película con mis auriculares Sennheiser (que no es decir cualquier cosa, son los grandes, tipo vincha), como hago cuando mis viejos se van a dormir. ¿No es el estilo de Dickens? Es cierto, Dickens se sobrepondría a todo, saldría a comprar el pavo más grande que hubiera en la ciudad e invitaría a cuanta persona se le cruzara en el camino a ser partícipe de la mejor celebración de Noche Buena. ¿Pero acaso me llamo Dickens? NO (y para el caso, tampoco me gusta el pavo).
No estoy mal (ahora, en ese preciso momento de escritura), pero simplemente no tengo ganas de festejar nada. ¿Está bien, mal? No sé. Es lo que siento. Sé que no va a hacer así, que va a venir mi abuela y... probablemente se ponga mal, y está bien que así sea, digo, está en todo su derecho... A menos que en pocos días tenga en mi poder una máquina del tiempo y viaje hasta el...2 de enero del 2011 (¡con qué poco me conformo!), no le veo mucha solución al asunto.
Jamás la frase "que te sea leve" la sentí tan cercana.


Por último, y para completar este posteo al boleo, hoy volví a trabajar. Ya me había olvidado lo que era eso. Pero en cinco minutos, me volvió la memoria, cual baldazo de agua fría...¿Por qué los días de vacaciones se pasan tan rápidos y los días laborales resultan interminables? ¿Eh? Habría que achicar la semana, agregar días de fin de semana, y que el "lunes" no se llame lunes... que sea algo más motivador el nombre... la cantidad de días que faltan para que llegue la nueva versión del fin de semana, por ejemplo. El Viernes sería fin de semana, el jueves como el viernes: una felicidad completa te embarga porque al otro día no hay que ir a trabajar... entonces, la cosa terminaría así: Viernes, sábado, domingo, tres, martes, miércoles, jueves...Y si eso no trae la paz mundial, pega en el palo, caballeros.


7 semanas cumplidas, 45 por delante.

Semana 6 - No no no y no

No puedo. No me sale, no me convence, no lo sé explicar, no sé por dónde empezar, no creo que sea el momento. Escribí y borré varias veces, varios comienzos. Se me ocurrió hablar de mi fin de semana sola, de la última película de Harry Potter, de los planteos que me estoy haciendo, de las fiestas, del calor. Uno por uno los fui descartando. Le dije que no al primero, porque solo me había quedado en casa, tomando, comiendo y mirando películas y no encontraba la manera de hacerlo sonar un poco más "interesante", o al menos, no tan escueto. Que no, porque son siempre los mismos, y al final, no es que me haya planteado demasiado, pensamientos cortos de un domingo aburrido y ahí quedaron. No, pues no puedo explicar muy bien qué es lo que se me viene a la cabeza cada vez que veo el trailer y leo "The motion picture event of a generation", frase con la que estoy de acuerdo... tal vez no toda una generación, pero sé que para muchos de mis contemporáneos la saga fue algo que nos apasionó. Falta para esas nefastas fechas que no quiero que lleguen... falta para hablar de Dickens. Solamente odio el calor y no sé qué voy a hacer cuando llegue enero, febrero y sus interminables días de 30 y pico, con noches de 29º.

Por lo tanto, en mi semana nº 6, y quedando aún 46 semanas por delante, solo puedo hablar de las cosas que he decidido no publicar.

He dicho.

Semana 5 - Vacaciones

Estoy de VACACIONES. Esto es, que tengo mis horas al pedo, mis tiempos solitarios en casa. Quien viva con alguien, sabrá que hay cosas que uno hace que sirven para plantarse y decir: "la casa es mía".

Cuando no hay nadie en casa, me puedo levantar a la hora que quiero, sin necesidad y avisar que NO me despierten (y la satisfacción que trae el levantarse y no encontrar a nadie en la casa), y estar todo el día en pijama, por varios días seguidos, sin que alguien empiece a lanzarme miradas con mensajes implícitos, o quedarme en ropa interior (bajando las persianas para no regalarle tal espectáculo al vecino de enfrente). Sola, camino por la casa en patas, ABRO LA HELADERA con plena seguridad de que no voy a terminar con un peinado punk. Puedo ponerme los patines y practicar caminar con los frenos. Música a todo volumen, y cantar en la bañera. Tirarme en el sofá, con un sistema de audio casero, pero potente, y mirar una buena película con adrenalina, persecuciones, choques y tiros. Puedo comer frente a la pantalla de la pc, y no lavar nada hasta las 5 de la tarde, o llevar una butaca al comedor y comer tirada en el sofá.
Pero, sin duda alguna, lo más importante, lo que me hace marcar que estoy sola en casa, es que puedo ir al baño con la puerta abierta. ¡SÍ! La libertad de estar haciendo lo primero o lo segundo con la puerta abierta de par en par, sin preocuparse porque llegue alguien, violando todas las reglas de comportamiento social que nos han inculcado, es lo que más me gusta de estar sola en casa. Aunque sea por unas horas. Al fin y al cabo, ¿quién te quita lo bailado?

Sí, tengo dos semanas durante la mañana para ir al baño y estar en casa sin que me importe nada. No necesito Gessell, con su multitud de jóvenes hormonales y puestos hippies, no necesito Mar del Plata, Pinamar o Punta del Este. Y a pesar de que me gustan las montañas, y prefiero los ríos al mar, me conformo con estar con el aire tirada haciendo lo que se me dé la gana hacer.

No One But You - Queen

Si este tema antes me daba escalofríos, ahora hace que se me piante un lagrimón.




Hay noticias que te dejan pensando todo el día. Hoy, recibí una de ellas. Y no hay nada que pueda hacer o decir, que ayude en.. algo. Solo quedar a la espera de novedades.

Semana 4 - Incumplimiento

¿Cuánto duré? 3 semanas, porque a la cuarta ya rompí con mi promesa. Me afectó el feriado, que me desorientó y me olvidé completamente.

Y, para colmo de males, no tengo nada para contar... ¿improviso? Dale, improviso.


En el aula de 2ºB, en un hueco de la madera entre el piso y el sócalo, había un lápiz. Un lápiz muy pequeño, y antiguo... nadie era capaz de precisar quién había sido el dueño o cómo ese lápiz había ido a parar a semejante lugar.
Varias historias circulaban alrededor del útil escolar: que su dueño, había sido un niño que estaba copiándose en un examen, y en un momento de descuido, la voz estridente de la maestra le llamó la atención, haciendo que saltara de su asiento y el lápiz cayera al piso, y rodando, fuera a parar en ese mismo lugar. La maestra reprendió severamente al alumno, con el apoyo de la directora, y ya nadie volvió a saber de él. Otros decían que un chico sufrió una crisis nerviosa, debido al estrés de la primaria, y comenzó a sacarle punta a un lápiz. A todo momento, sacaba punta. La maestra, fuera de sí, le quitó el lápiz con vehemencia y lo arrojó contra la pared, picó al piso, rodó y cayó en el agujero.
Una tercer leyenda, hablaba de la maldición del lápiz: quien lo tocara, tendría mala suerte por tres años, repitiendo durante ese lapso, el 2º grado.

Miguelito era nuevo en la escuela, sus padres se habían mudado a una casa más chica y lo cambiaron en mitad de año a un establecimiento más cercano. No había escuchado todas esas historias, ni tampoco habría podido indicar cuál era el lápiz en cuestión. Solo estaba seguro de algo: estaba en medio de la prueba de matemáticas y se le había roto la punta del lápiz. La maestra Claudia era la más temida de todas las maestras, no aceptaba errores, disculpas, no toleraba que alguien no tuviera el material para trabajar. Y eso era exactamente lo que le pasaba a él... era despistado, y como tal, perdía la goma, el cuaderno... la cartuchera entera. Y como trofeo, el grito de Claudia, la nota en el cuaderno de comunicaciones, tarea extra y la cara poco alegre de sus padres.
Pero Miguelito se había preparado, había puesto sus útiles ordenados de menor a mayor en la cartuchera, revisó que el cuaderno tuviera hojas, sacó punta todos los lápices, incluso a los de colores que no iba a usar, y usó la goma hasta que quedó blanca de nuevo.
Miró de reojo a Joaquín. El chico estaba sentado en la otra punta, y sobre el banco, estaba su sacapuntas. Se lo había pedido esa mañana y no se lo había devuelto. Sabía que era imposible razonar con Claudia, explicarle lo acontecido y solicitarle a Joaquín que le devolviera lo que no le pertenecía. También sabía lo mucho que la maestra odiaba que escribieran con colores a menos que ELLA lo indicara... y este no era el caso. Observó al resto de sus compañeros, todos enfrascados en su hoja, pensando o haciendo de cuenta que pensaban. Miró el piso: un par de chicles, pedazos de papeles, una moneda de cinco centavos (rogó internamente porque nadie la agarrara hasta el recreo) y un pañuelo de papel hecho un bollo. Cuando estaba por caer una lágrima sobre su cuaderno, vio, en un hueco entre la madera del sócalo y el piso, un pequeño lápiz azul, lleno de pelusas.
No era factible que pudiera rescatarlo sin que Claudia se diera cuenta, así que extendió un tembloroso brazo por encima de la cabeza y esperó.
Como dos agujas afiladas, sintió la mirada de la maestra sobre su persona.
-¿Sí, Tavadeo?
-Señorita, se me cayó el lápiz.
-¿No tiene otro?
-No...-pareció meditarlo.
-Está bien, agárrelo. Pero que sea la última vez, Tavadeo, sino, se lo pego a las manos, ¿está bien?.
Miguel asintió. Se puso de pie, y acompañado de una regla, se acercó al hueco. Uno a uno, los compañeros se dieron cuenta de lo que estaba tramando. Se chistaron entre ellos para que observaran el evento, le chistaron a él para advertirle, pero Miguel no oía más que el latir acelerado de su corazón.
Se arrodilló junto a la pared. Metió la regla de 15 cm.transparente (el tamaño justo para la cartuchera), hasta que tocó el lápiz, e hizo palanca. Al primer intento, falló. Los chicos del fondo se pusieron de pie, alentándolo. Claudia intentaba hacer que todos volvieran a su lugar, pero era en vano.
Al segundo intento, la punta del lápiz asomó y Miguel la atrapó entre sus pequeños dedos. Tiró y lo sacó. Como si hubiera alzado la copa del mundo, los alumnos irrumpieron en víctores y aplausos. Claudia gritaba "silencio" una y otra vez, y ya nadie la escuchaba.
Miguel, asombrado, se sentó en su banco y miró su hoja. Notó el error que había cometido en la última cuenta y lo arregló, en el instante en que Claudia llegaba a su lado, lo tomaba del brazo y lo llevaba a la dirección, frente a un grupo de 20 niños desquiciados.



Miguel obtuvo un diez en su prueba y tuvo que explicar, sin entender, lo que había ocurrido.

Ya han pasado 20 años desde ese día. El lápiz volvió a su rincón, Miguel lo dejó ahí después de que sus compañeros le contaran toda la historia (y que Joaquin le devolviera el sacapuntas).

Los niños de 2º B hoy cuentan una nueva leyenda épica: hablan del lápiz encantado y del pequeño niño despistado que se atrevió a sacarlo.

Charmless Man - Blur

La música de miércoles llegó el jueves por problemas de cuelgue de la dueña de este blog.


Semana 3 - El viajar es un placer...

Hago una actualización rápida, en pos de mejorar nuestra sociedad:

A ud., que viaja en subte, colectivo, o cualquier medio de transporte masivo, le digo, le pido, le imploro:

-Deje DESCENDER. No es difícil, primero, baja la persona que se encuentra arriba del medio de transporte, y luego, ud. puede subir, sin necesidad de empujones, de cuerpos que no van ni para atrás ni para adelante, sin tener que usar al niño de ocho años como escudo de carne esperando que se compadezcan y la dejen subir. Eso, no va a funcionar.

-Si ve que hay espacio hacia el centro o fondo y el colectivo/subte/otro se encuentra con personas colgando de la puerta, por favor... CIRCULE. Un paso, luego otro, llega atrás y la gente puede subir. El chofer tranquilo, nadie muere, los periodistas de Crónica descansan y ud. capaz se gana un par de sonrisas amables.

-Baje la música de sus auriculares (y ni hablar con usar un celular en modo comunista: "mi música es para todos"). Cuando ud. sea chofer de un transporte público, pondrá la música que se le cante y todos nos la tedremos que bancar, sin decir ni mú. Hasta que eso pase, su música es SUYA: a nadie le interesa lo que ud. vaya escuchando, la vieja del primer asiento no va ir al próximo recital de Néstor en Bloque, y el amor de su vida no va a aparecer porque en ese momento esté escuchando The Smiths. Esto no es una película, esto es un medio de transporte en hora pico, con gente cansada del día anterior, cansada de trabajar, calor, molestias y dolor de pies. No meta más leña al fuego.

Este fue un mensaje para toda la comunidad.

Los esperamos la semana que viene, donde les enseñaremos a utilizar el celular con propiedad.

No Rain - Blind Melon

Qué levante la mano quien pueda tocar este tema en guitarra...

...aunque nadie pueda verme, tengo la mano alzada. A partir de hoy, puede decirse que me puedo hacer un cover digno de un karaoke en un bar de mala muerte.

Quién no ha sido una abeja...




Justicia

La muerte no es justicia.

La muerte es inevitable.

Que alguien muera no es que haya justicia, es parte del ciclo de vida. No importa qué tanto se desee que una persona muera, indefectiblemente lo hará.

De todas formas, algunas veces, se siente injusto que alguien se muera. Tal vez por las circunstancias, tal vez por la edad, tal vez porque alguien lo mató. No sé si "injusto" sea la palabra adecuada... pero es lo que se me viene a la mente de vez en cuando.

Estaría bueno, que todos aquellos que cometieron crímenes, sean ajusticiados (con esa Justicia, que es ciega, que no se inclina hacia un lado o hacia otro sin estudiar el caso anteriormente), y no que solo nos quede sentarnos a esperar la llegada de la Parca.


Semana 2 - Confesiones

Para la entrada de hoy, pensé en hablar de esas pequeñas cosas que hacemos y que no queremos que todo el mundo sepa. Sé, según las clases de dirección de actores que tuve, que en algunas escuelas de teatro, el alumno debe representar, como ejercicio, un "momento privado": algo que ellos hacen cuando nadie más los ve. Están los que van a hablar de la masturbación y quienes van a salir un poco de la obviedad.
Siguiendo esta línea, estoy aquí para contar algunas de esas cosas que hago cuando nadie me ve, o que hago sin querer anunciarlas a viva voz. Espero no arrepentirme en el transcurso de mi escritura.

1- Confieso que me encanta leer "Orgullo y Prejuicio". Aprovechaba las horas de biología en quinto año para devorarme sus páginas y con asombro miraba a mis amigas y les decía que Lizzy por fin estaba por contraer matrimonio con el Sr. Bingley. Después de eso, volví a leerlo en dos oportunidades más, y me enorgullezco en decir que en una de ellas, pude empezarlo y terminarlo en el mismo día. Y, como si fuera poco, no dejé de disfrutarlo en cada una de mis lecturas.

2- En cuanto a las películas, puedo ver cine alemán de la época expresionista, ser cómplice de Hitchcock y su mirada, mirar a Truffaut y valorar su grandeza, pero, si haciendo zapping en la tele, la veo a la rubia regordeta de Bridget Jones, vestida como conejita, cayendo por un caño, o entre dos amores, no puedo cambiar el canal. Tengo que verla ir y venir, tengo que odiar a Darcy y después pensar que es el mejor hombre del mundo, para terminar riéndome cuando sale corriendo a buscarlo con su calzón en medio de la nieve. Algo similar, aunque ahora ya no tanto, me pasaba con Legalmente Rubia (la primera, que si esa ya es mala, la segunda parte es innombrable): cómo ridiculizaban a la típica rubia y a su séquito de amigas y cómo, en ese constante de ridiculez, ella lograba descifrar el caso (¡la clave era la permanente!), me resultaban muy graciosos.
Si hablé del libro, tengo que hablar de la película. Orgullo y prejuicio la llegué a ver una vez por día durante toda una semana. Y ni siquiera era una copia en DVD, no, era un rústico VHS que suplicaba misericordia cada vez que lo metía en la reproductora. En la línea de películas románticas (pero basadas en historias que transcurrían en el romanticismo, digo, nada con Jennifer López y Richard Gere bailando salsa, por ejemplo), vi Sensatez y sentimientos, Mujercitas (que también he leído el libro... con mi adorada Jo), y Becoming Jane. Debe haber más, pero mi memoria se hace la difícil en estos momentos.

3- Cuando no hay nadie en casa, me baño con la música a todo volumen y canto bajo la ducha. Si eso no es suficiente, una vez cambiada y con el pelo seco, corro hacia mi pieza y frente al espejo improviso un recital, o voy al comedor a los saltos y armo una coreografía digna de ser interpretada por bailarines profesionales... cuando la hago yo, parezco una persona con serios desórdenes mentales y problemas de coordinación (¿parezco?)

4- Miro Glee, no me pierdo ningún capítulo, aunque algunos me resulten más aburridos. No solo eso, creo que hay versiones de los temas que están mejores que los originales.

5-La Shakira anterior a Servicio de Lavandería es demasiado grosa. Verdad indiscutible.

6- No vi las tres primeras (en orden de lanzamiento) de Star Wars. Ni Star Trek. Temo que mis amigos ñoños se enteren y dejen de hablarme.

7- ¿Viste cuando vas por la calle y alguien te habla? El baboso que pasa y te dice algo, el tipo del auto que casi te pisa, la señora que te mira mal o protesta porque ELLA se paró en medio de la vereda y fue TU culpa no esquivarla... bueno, a esa gente, hay días que me sale hablarles en inglés. No es que lo piense, o es que tome esa determinación, es una respuesta automática que, de pronto, noto que estoy diciendo en inglés.

8- Hay días en los que me angustio o que me agarra una tristeza infinita. Esos días lloro y me duermo abrazada a la almohada.

9- Cuando empiezo un curso nuevo, cuando voy a un cumpleaños lleno de desconocidos, o a alguna reunión de características similares, me pongo sumamente nerviosa. Me duele la panza, me sudan las manos, y empiezo a bostezar. Después, cuando compruebo que no es tan terrible, o que puedo hablar con otras personas, se me pasa. Eso sí, los cinco no los choco con nadie.

10- Si estoy nerviosa, lo mejor que puedo hacer es escuchar música. Un disco conocido que me acompañe en el trayecto, es lo que necesito para evitar que mi alma salga huyendo de mi cuerpo.

11- Será la falta de confianza que me caracteriza, será toda la inseguridad que llevo a cuestas, pero para algunas cosas necesito mentalizarme. Me pasaba con básquet, me pasa ahora con el patín, ir en el viaje, repitiéndome mentalmente "puedo hacerlo, puedo hacerlo, no soy tan mala, puedo hacerlo". Más lamentable aún, es confesar que también me pasa cuando tengo que hacer algunos llamados telefónicos.

12- Esto es vox populi, pero no menos importante: el día que vi por primera vez Cinema Paradiso, lloré. Pero no lloré al terminar la peli, en la mitad, ni siquiera tras veinte minutos de cinta. Lloré mientras aparecía el menú en mi DVD, con la música. Y por varios meses, no podía escuchar el tema principal sin que se me piantara un lagrimón.



Invito al ocasional lector a sincerarse también y contar algunas cosas... Acá nadie juzga a nadie, que no soy la más indicada para hablar.

Semana 1 - La página en blanco

Casi al borde de romper lo que no había llegado a empezar, decidí actualizar, como había anunciado.
Creo que lo que más me influenció esta semana fue esa famosa y espantosa hoja en blanco (aunque, tratándose de este medio virtual, no sé si "hoja" sea la mejor definición). Es una competencia mano a mano el de la hoja en blanco. Por un instante, se miran mutuamente y luego de analizar su perfecta superficie, una se dispone a escribir las primeras líneas. Si ese día se está con suerte, se puede escribir un buen tramo antes de parase a revisar, ajustar, cambiar y proseguir. Pero los días con suerte no son los más frecuentes. Los que proliferan son los otros, los que se escribe una línea, se lee y no gusta. Se borra. Volvemos a intentar. Mejor, pero hay que ajustar un poco la redacción. ¿Cómo se dice eso? Ay, lo tengo en la punta de la lengua... no, no hay caso... pongo un sinónimo. Y dale que va. Terminamos el párrafo en plena disconformidad, así que, ctrl + e, supr, y vamos de nuevo. Pero ahora es distinto... porque ya hay una incipiente frustración. Y la hoja se siente poderosa, nos refriega su blancura, nos encandila con la luminosidad. ¡La muy turra! Sabe que somos débiles y que no hay nada peor que la incapacidad de plasmar una idea, de expresarse. Son muchísimas las batallas perdidas frente a la enemiga silenciosa, y muchísimas las que están a medio camino, esas ideas que se empiezan y no se siguen, o esas otras que voy desarrollando en mi mente y eventualmente me digo (¿me miento?) que las llevaré al papel.

Supongo que fue ese pavor a la hoja en blanco, a sentarme y que no me saliera nada para escribir, lo que más me demoró.

Pero por hoy, le gané. Tato 1, Hoja 0.

Como dice Mirta, hasta la semana próxima, si dios quiere. Qué bueno que sea atea.

Desafío.

Habrá sido la influencia de la película Julie & Julia, o tal vez el tiempo de reflexión bajo la ducha, pero he llegardo a plantearme un desafío con respecto al blog.
Me gusta escribir, pero carezco de constancia. Hay veces que empiezo muy entusiasmada con una idea y en cierto punto, me estanco. Ahí queda. Los personajes se paralizan y miran hacia arriba, esperando que mis dedos continuen con el tipeado. En muchas otras ocasiones, no llego ni a escribir la base de la historia, quedando ésta como una película que se transmite de manera constante en mi mente. Me cansé de eso. Quiero escribir y sentir pasión por lo que escribo de manera constante, quiero saber que, cuando me encuentre con un punto difícil de superar en la historia, voy a ser capaz de encontrarle la solución y no quedarme detenida por tiempo indefinido. Así llegué a plantearme un ejercicio de fomentación para mis ganas de escribir: he decidido que en el transcurso de un año, empezando desde ahora, tendré que actualizar este blog semanalmente. 52 posteos, mínimo.

Esto tiene aparejadas algunas reglas, para obligarme a cumplir:
-la actualización deberá hacerse semanalmente, sin importar el día. Por ejemplo, actualizo el 1º Martes del mes, hasta el 2º Martes del mes estoy cubierta, pero entre el 2º y el 3º Martes, tiene que haber una actualización, sin que esta sea, necesariamente, el mismo día del posteo anterior.
-La actualización debe contener texto escrito por mi, por mínimo que sea.
-Se puede actualizar subiendo el video de una canción, una foto, o una cita literaria, pero si este es el único contenido del posteo, no será considerado como válido para el desafío.
-El posteo deberá contener más de 5 renglones en el formato asignado actualmente.

A partir del momento en que toque el botón de "publicar entrada", no hay vuelta atrás. Se largan las 52 semanas, y no hay tu tía.

Poco a poco me voy yendo, hago la cuenta regresiva con aquél que lea (me motiva un poco más creer que hay un alguien leyendo esto, aunque haya llegado por error).

5...

4...

3...

2...

1....

¡A ESCRIBIR!
A ver cómo estamos en el próximo año.

Miércoles 6 de Octubre de 2010

Cuando tenía seis años, tuve un momento de epifanía: todos nos vamos a morir. Y me dio miedo pensar, intentar entender lo que sería la vida sin mis abuelos y mi mamá. Recuerdo que corrí a la habitación y, como si fuera portadora del más urgente de los mensajes, le dije a mi mamá que un día, ella iba a morir, así también los abuelos, y así todos. En pos de darme la calma que mi joven espíritu necesitaba, mi madre me dijo que faltaba mucho para eso. No sé si hay una medida para determinar cuánto es mucho, pero catorce años no me parecen suficientes.

Hoy perdí a mi abuelo. Contra todos los pronósticos y el imaginario familiar que se había formado, no fue el tumor lo que lo mató. Una hemorragia digestiva, creo que fue el término que escuché. Y si bien duele, como nada me dolió hasta ahora, encuentro algo de alivio, para mi ser egoísta, en saber que todo ocurrió mientras él dormía, y en pensar que, al menos, no tuvo que pasar por una etapa de deterioro mayor.

Mi primera reacción, fue pensar que era una broma. Y después del abrazo de mi viejo, ir a tomar un café. Creo que temblé. Y lloré, lloro y seguiré llorando. Porque es difícil entender que esto no fue un sueño, que cuando me levante mañana, él no va a estar, que la cama junto a la de mi abuela quedará vacía.

Prefiero recordar al Gordito antes de la operación, con las bromas que nos hacíamos y que, incluso hoy (o por sobre todo hoy), me sacan una sonrisa. Tal vez hayan sido estos mismos recuerdos que lograron que, al entrar a verlo, no encontrara al Gordito de los últimos tres meses, sino al de unos años antes, más rellenito y con una boca que parecía querer insinuar una sonrisa. El trencito con Minnie, el monopoly, la perinola, las tardes de matecocido y El Zorro, las salidas del jardín y la primaria, las tardes de natación, los mediodías con Sabrina y Daria, el día que hice de Sol, los cincuenta años de casados, y esa foto de mis trece. Un remolino de recuerdos que se suceden, se repiten, van y vienen, pasan en cámara lenta, se detienen, como si alguien jugara con un dvd, mi dvd mental.

Calculo que este no es uno de esos momentos que se "superan", sino uno con el que se tiene que aprender a vivir. No alcanza el día justificado que me dan en el trabajo, pero eventualmente, aprenderé.

Por momentos, esto se siente como parte de un sueño, una película que no me pertenece, y por otros, es lo más real que viví en mi vida. Tarde o temprano iba a llegar este momento. Lo cierto, es que siempre parece más temprano que tarde.


Rene "Renato" "Gordito" Jardón
22/06/1932 - 06/10/2010

Arriba, remolones.


Yo banco a SodaStereo. Cerati, solista, no me gusta, pero claro que tampoco le deseo el coma. No se lo deseo a nadie. Ni a... *elija a su hijo de puta predilecto*... a ese, le deseamos la muerte.


Pero... Entrar al Facebook de Gustavo Cerati y poner cosas como se ven en la imagen... es de pelotudo.

¡Pero qué tonta! Cierto que, si se llegan a juntar 3 millones de mensajes (valen los de facebook, twitter, orkut, myspace, sonico, de texto... ¿me olvido de alguno? Ahhh, sí, Hi-5, el que usa mi profesor de Economía del secundario), deseando que el enfermo se despierte, la próxima noche de luna llena, el hombre abrirá los ojos, se levantará para hacer el moon walk y tal vez (dependiendo de la cantidad de hermanos que tenga), se convertirá en Hombre Lobo. ¡Que alguien le avise a los médicos! ¡Rápido, llamen a Dr. House! Oiga, Doc, deje de romperse la cabeza y empiece a tipear.

Forros. "Amaneció. Abre los ojos". ¡Ah! El tipo siguió de largo con el sueño y no se avivó que ya era hora de levantarse. Este Gustavito... qué vagoneta. ¿Y si la llevamos a la mina del noticiero a que le diga "arriba, mis remolones de las 8"?

Si yo fuera Cerati y viera esos posteos, entre esos mensajitos de "despertate" (escuchame... te pensás que el acv "me lo agarré" por gusto? te crees que quiero estar con todos estos tubos y tantos días acostado, para después hacer una rehabilitación al estilo Black Mamba?) y esas preguntas como "¿te casarías con Gustavo Cerati?" y la persona diciendo "ooooooovio jijiji"... le pagaría a un doble y me iría con camilla y todo a alguna isla paradisíaca y que se caguen los "fans". Que así, no dan ganas de despertarse, che.

Idea, idea, ¿dónde estás que no te veo?

Estuve meses esperando. Agarraba un papel, apoyaba la lapicera, y al rato, el papel terminaba en el tacho de basura.Tiempo después, el taco rebalsaba y yo dormía sobre el escritorio.
Intenté de todo. Me senté a escuchar una y otra vez las historias de mi abuela, esperando la llegada de algún evento que despertara mi interés. Sonreí a un par de personas en el colectivo, esperando a que alguno me diera charla y descubriera, entonces, una historia de vida apasionante, pero la gente me miraba como si estuviera loca.
Dejé una libreta con un lápiz sobre la mesa de noche, y todas las mañana la encontraba vacía. Pensé que tal vez ahí podía estar la clave, la base... pero no fui capaz de llegar a nada, y pronto me quedé en blanco.
Compré el diario todos los días, buscando alguna noticia que sirviera, pero sentía que ya todas eran historias, o la representación de una realidad muy distorsionada.
Como el colectivero me había advertido que a la próxima sonrisa me bajaba, decidí simular que escuchaba música y esperar a que las personas de mi alrededor entablaran una conversación diciendo las cosas que yo necesitaba oír.
Desesperada, opté por plagiar obras completas, pero a mitad de camino, sentía que lo que escribía no iba a ningún lado, y nuevamente, quedaba en la nada.
Tampoco podía escribir sobre una persona que no puede escribir porque ya los escritores se han encargado de usar la idea de "escritor sin ideas" hasta el hartazgo.

Me resigné. Tal vez, lo mio, no era escribir nada, imaginar otras vidas, jugar a ser Dios con seres de palabras.

Y cuando ya estaba por decidirme a estudiar algo más afín a mi vida, como Economía... me vino. Y no hablo de Andrés. Sino, de una idea. Me cautivó, la abracé y la besé al instante. Y después, otra, totalmente diferente. ¡Dos ideas! Se presentían sólidas, interesantes. Empecé por la primera, escribiendo el primer día. Dos, tres, ¡cuatro carillas! ¡Sin parar! Estaba orgullosa, con el sentimiento de que iba por el camino que tenía que ir.

Y un día, cual personaje de Woody Allen, me entró un "miedo". Si me siento, y escribo, en poco tiempo voy a llegar a un punto del que no voy a saber cómo salir; o se me va a dar por releer lo que venía trabajando y voy a estar en completa disconformidad, no por la idea, sino, por mi escritura. Temo que pase eso, que la idea muera sin haber llegado lejos, temo arruinarla y hacerla espantosa cuando en mi mente se ven tan bien.

Y ahí está, me esperan. Todos los días, las dos, me dicen que siga. Y yo las miro y pienso que mejor hoy no, mañana.

Hasta que ese mañana llegue, espero ir ganando un poquito más de confianza con este humilde blog.

El arranque

Hay gente que, en determinado momento de su vida, decide hacer un borrón y cuenta nueva. Están los que han decidido cambiar algún aspecto de su existencia y cumplen su cometido. Los que cierran puertas y abren ventanas. Los que maduran. Los que aprenden la lección.

Para todos los demás, existe la posibilidad de abrir un nuevo blog y jugar a ser otros, pero seguir siendo los mismos.

Películas vistas

01- Scott Pilgrim vs. The World
02- Tell Tale
03- Inception
04- Splice
05- Fantastic Mr. Fox
06- Get him to the Greek
07- Bananas
08- Les choristes
09- Cemetery Junction
10- Vincere
11- Black Hawk Down
12- Whip it
13- Harry Potter and the deathly hallows: Part 1
14- The sorcerer's apprentice
15- Cars
16- Re-Animator
17- Pirates of the Caribean: at the World's end
18- Paranoid Park
19- 300
20- Smart people
21- Los hombres que no amaban a las mujeres (Millennium 1)
22- Salt
23- Clerks 2
24- Superbad
25- Zodiac
26- La chica que soñaba con un fósforo y un bidón de gasolina (Millennium 2)
27- Mallrats
28- Jackie Brown
29- 24 hour party people
30- La noche del Sr. Lazarescu
31- Quadrophenia
32- Jay and Silent Bob strike back
33- Dogma
34- La reina en el palacio de las corrientes de aire (Millennium 3)
35- Easy A
36- Old school
37- Moon
38- And now for something completely different
39- Megamind
40- Jersey Girl
41- Inglourious Basterds
42- Devil
43- How to train your dragon
44- The social network
45- Back to the future
46- Life in a day
47- Machete
48- Being John Malkovich
49- Hot fuzz
50- Mon oncle