Miércoles 6 de Octubre de 2010

Cuando tenía seis años, tuve un momento de epifanía: todos nos vamos a morir. Y me dio miedo pensar, intentar entender lo que sería la vida sin mis abuelos y mi mamá. Recuerdo que corrí a la habitación y, como si fuera portadora del más urgente de los mensajes, le dije a mi mamá que un día, ella iba a morir, así también los abuelos, y así todos. En pos de darme la calma que mi joven espíritu necesitaba, mi madre me dijo que faltaba mucho para eso. No sé si hay una medida para determinar cuánto es mucho, pero catorce años no me parecen suficientes.

Hoy perdí a mi abuelo. Contra todos los pronósticos y el imaginario familiar que se había formado, no fue el tumor lo que lo mató. Una hemorragia digestiva, creo que fue el término que escuché. Y si bien duele, como nada me dolió hasta ahora, encuentro algo de alivio, para mi ser egoísta, en saber que todo ocurrió mientras él dormía, y en pensar que, al menos, no tuvo que pasar por una etapa de deterioro mayor.

Mi primera reacción, fue pensar que era una broma. Y después del abrazo de mi viejo, ir a tomar un café. Creo que temblé. Y lloré, lloro y seguiré llorando. Porque es difícil entender que esto no fue un sueño, que cuando me levante mañana, él no va a estar, que la cama junto a la de mi abuela quedará vacía.

Prefiero recordar al Gordito antes de la operación, con las bromas que nos hacíamos y que, incluso hoy (o por sobre todo hoy), me sacan una sonrisa. Tal vez hayan sido estos mismos recuerdos que lograron que, al entrar a verlo, no encontrara al Gordito de los últimos tres meses, sino al de unos años antes, más rellenito y con una boca que parecía querer insinuar una sonrisa. El trencito con Minnie, el monopoly, la perinola, las tardes de matecocido y El Zorro, las salidas del jardín y la primaria, las tardes de natación, los mediodías con Sabrina y Daria, el día que hice de Sol, los cincuenta años de casados, y esa foto de mis trece. Un remolino de recuerdos que se suceden, se repiten, van y vienen, pasan en cámara lenta, se detienen, como si alguien jugara con un dvd, mi dvd mental.

Calculo que este no es uno de esos momentos que se "superan", sino uno con el que se tiene que aprender a vivir. No alcanza el día justificado que me dan en el trabajo, pero eventualmente, aprenderé.

Por momentos, esto se siente como parte de un sueño, una película que no me pertenece, y por otros, es lo más real que viví en mi vida. Tarde o temprano iba a llegar este momento. Lo cierto, es que siempre parece más temprano que tarde.


Rene "Renato" "Gordito" Jardón
22/06/1932 - 06/10/2010

1 comentario:

viquita dijo...

perdon por lo cursi... pero tengo que decirlo...
TATO TE QUIERO! y sabete que aunque no nos veamos muy seguido y pasemos MESES sin vernos, te quiero mucho y estoy ahi pa lo q necesites, ya sea:
- abrazarte
- putearte
- pegarle a un gato
- abrir un tarro de jalea
- jugar al twister
- empedarnos
- comernos un chori
- tirarte huevos en el pelo
- etc.

y perdón, perdón no ser seria, capaz te jode, puede ser una reacción, pero te quiero y soy consciente porque lo viví dos veces que en momentos así es difícil encontrar "jodas" o "bromas" en algún lado, pero está bueno, bah, a mi me ayudó mucho cuando pude darme cuenta que es un proceso y que uno tiene que estar orgulloso de lo vivido y darse cuenta que son nuevas etapas, ni mejores ni peores, distintas, y que sepas q podés rememorar buenas situaciones, que te dejó mucho, eso es importante. Que sepas que dejó muchas cosas en vos, entonces ya está.
Y tambien quiero que sepas que sos una mina de hierro, y sos buena y graciosa y que nunca vas a estar sola, aunque sea el fin de la humanidad y estés sola: bueno, no vas a estar sola poorque siempre habrá un hermano-girafa tuyo para acompañarte (o en su defecto: el feto)
No sé... quería decirtelo, simplemente, que supieras que realmente mereces ser feliz y que se puede, se puede, y que por más que ahora te sientas pal traste, es necesario q te sientas así ahora y hacer tu duelo y si tiene durar una semana, durará una semana, pero te juro que después las cosas se ven mucho más claras y con más dulzura en lugar de tanta amargura.
Cuente conmigo, generala, pa lo que quiera, q por usté... psss yo soy capaz de pegarle a un gato...


viqui