Breves de la sala

- No hay que olvidar el trabajo del proyectorista. En cada función de cualquier film, es él el que tiene el trabajo más importante. Si todo marcha bien, nos olvidamos de este ser humano, pero en cuanto surgen problemas con la proporción de la imagen, con el foco del proyector o con los parlantes, la película pierde puntos, el espectador se enoja y recordamos a toda la familia, política o de sangre del muchacho en cuestión.

-El BAFICI no es BAFICI si no hay en la sala un grupo de señoras con aspecto más o menos paquetón, y si no nos cruzamos con gente que habla otros idiomas.

-El BAFICI no es BAFICI si no me cruzo con personajes de la escuela secundaria.

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