Semana 21 - Embriagarse está permitido




Hay un día al año que uno espera con suma ansiedad. Es ese día donde un tumulto de gente joven y extranjera sale a arrasar con los bares de Buenos Aires... damas y caballeros, ES SAN PATRICIO.

Cuando sos chica esperás con ansias la Navidad, cuando crecés y descubrís la cerveza, esperás la llegada de este día irlandés. Ahora, cómo se pasó de conmemorar a un santo cristiano a buscar la ocasión para emborracharse y salir en la tele como "algo bueno" (no sé si bueno, pero los medios lo muestran como una curiosidad y sin el dejo de reprobación que podrían poner en otras circunstancias), no tengo la menor idea, y pido que si alguien alguna vez lee esto, me lo explique. Total, los comentarios me llegan a mi mail personal y no planeo cambiarlo.

Para este San Patricio, con mis amigos decidimos hacer algo distinto. No vamos a caer en la chabacanería de ir al microcentro, donde están todos los irish pubs y una horda de extranjeros alcolizados con los que, si los planetas están alineados de buena manera, tal vez se pueda tener un fructífero intercambio... de salivas. No. Preferimos juntarnos en una casa y armar un humilde, pero lleno de amor, festejo. Eso sí, después de que termine el debate de Gran Hermano, ya me avisaron.


Mamma mía!

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